Seguidores

lunes, 5 de julio de 2010

De lo primario

Para los que somos personas poco sofisticadas nos sienta bien correr porque transmite sensaciones poco sofisticadas, vamos a decir primarias.

Por ejemplo, ayer por la mañana, sobre las nueve y con sol y calor, comenzamos la carrerita por La Fuente del Berro el runner Oscar y yo. Al poco rato, a los diez minutos vamos a decir, sentí la necesidad de beber agua. Nos dirigimos a una de las, escasas, fuentes que todavía funcionan y nos echamos un trago generoso y seguimos. Como ayer teníamos el día aventurero decidimos continuar por Ventas hacia el Retiro. Ese trayecto se puede convertir en un secarral. Si tienes sed, puedes encontrar agua embotellada en tienda, pero si no tienes con qué pagar pues hazte a la idea que estás en el Sahara. Bueno esto no es exactamente así, siempre cabe la posibilidad de entrar a un bar y pedir un vaso de agua. Vas corriendo por la ciudad y cada quince minutos entrada a un bar. Hombre eso no es hacer deporte ni es nada. Si, si, ya se que podemos llevar cinturón hidratante, pero es que no nos da la gana de llevarlo, que para eso estamos en sitio civilizado.

El caso es que llegados al Retiro tuvimos que lanzarnos de cabeza a por una de las fuentes que tenemos localizadas. No hay como conocer el terreno para sobrevivir. Solo me faltó meterme debajo del caño para completar la hidratación. Tras una vueltecita por el perímetro nos encaminamos rumbo a casa con parada en otro parquecillo con fuente. Esto sigue la misma lógica que los beduinos del desierto y el conocimiento del terreno para sobrevivir.

Acabamos una hora más tarde en el mismo sitio donde habíamos comenzado. Las sensaciones durante la marcha fueron: sed, saciado de sed, calor, cese de calor al ponernos a la sombra, cansancio, cese de cansancio al parar. Son percepciones parecidas a las que debe sentir un animal, domesticado o no, en estas circunstancias. También acabé bastante hambriento. El hambre cesó al quedar con unos colegas a comer un arroz con bogavante, plato sofisticado pero solo aparentemente, ya que consiste en comerte a otro que probablemente siente como tu.

Jaal

4 comentarios:

  1. Que corazón más grande tenéis los runners. Al final que os pedísteis, una tortilla a la francesa? Hostias, no que algunos dicen que ahí hay vida¡Mejor unas verduritas salteadas.
    Salud, runners¡

    ResponderEliminar
  2. Tengo la inmensa suerte de que casi siempre salgo a correr por la carretera de las Aigues, construída en su día por la compañía de aguas de Barcelona para abastecer a la ciudad; 16 kilómetros de ida y vuelta y unas cinco fuentes en total; problema de la sed siempre resuelto y a mano; en la misma fuente podemos coincidir todo la fauna animal del universo: runners, perros, jabalís e imagino que algún que otro caballo, aunque todavía no he visto ninguno; un saludo, runners, nos seguimos leyendo.

    ResponderEliminar
  3. Suele pasar, porque ya lo he experimentado en alguna ocasion, que a medida que voy comiendo la sensacion de hambre va desapareciendo, sensacion extraña a la par que estimulante y placentera...

    Un saludo, osados runners de las 9 de la mañana.

    ResponderEliminar
  4. Y qué bien sienta cuando por fin sacias tu sed y empiezas a recordar lo que te has marcado...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar