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sábado, 25 de febrero de 2012

Muehlegg y la elíptica




Esta mañana he vuelto a ver este rostro en un periódico, su nombre es  Juan Muehlegg, antes  se llamaba Johann por su origen Alemán y fue esquiador de fondo. No tengo nada que ver con él. O eso pensaba yo. Y sin embargo voy al gimnasio tres días a la semana a hacer elíptica. Sin dar mayor importancia, pensaba que estaba bien eso de mover brazos y piernas. Más movimiento equivale a más desgaste y además sin impacto. Un día, alguien me hizo ver que esto de los aparatos elípticos simulan el movimiento del esquí de fondo y que para las zonas con ausencia de nieve  puede servir  entrenar en elíptica. Para los que vivimos en Madrid es extraordinario porque se dan las condiciones de no haber nieve y en mi caso el de no saber esquiar. Me sirve perfectamente para practicar este deporte sin tener ni papa

Johann estuvo durante bastantes años entre los buenos del esquí de fondo, se nacionalizó Español apuntándose a la federación murciana. Sabemos que Murcia se caracteriza por sus elevadas cumbres. Ganó la medalla de oro olímpica en la modalidad de 50Kms en Salt Lake City, fue campeón durante ocho horas, el tiempo que tardaron en detectarle una sustancia dopante y perniciosa. Fue suspendido dos años y dejó la competición. Estos días han pasado diez años.  He visto a Muehlegg y me he acordado de la elíptica y de su secreta relación con el esquí de fondo.

domingo, 12 de febrero de 2012

Plan de convivencia




Qué rápido pasa esto!!!. Desde el año pasado no he escrito ni una línea. Más de dos meses.  Pero es algo premeditado. Cada vez que me doy una vuelta por vuestros blogs me entran unas ganas irracionales de irme a correr el parque y me siento como  si estuviera en plena forma.  Pero al poco rato la realidad me asalta y me recuerda que debo permanecer todavía quieto en la mata. Y el reto es considerable. Si en Septiembre me preparaba para correr un maratón, ahora me preparo  para correr quince minutos sin molestias. Y estoy todavía digiriendo el primero de los retos, que no pensaba que fuera tan persistente y que no es otro que  asumir la lesión. Entender que esto no es cosa breve, que es como una relación de pareja pero al contrario, que empieza no con un enamoramiento sino con una bronca considerable y que la pareja que se llama condromalacia no te va a abandonar ni tú vas a poder dejarla,  así que por el bien de ambos no queda más remedio que tolerarse el uno a  la otra  y viceversa. Llevamos un mes de convivencia como personas razonables. Parece que nos vamos entendiendo.