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martes, 9 de noviembre de 2010

Maratón Zaragoza - Crónica

Amanece en Zaragoza. Me levanto a las siete y cuarto después de haber dormido las ocho horas reglamentarias, salgo del hotel y voy al Paseo del Independencia. Compruebo que todo está donde tiene que estar y me tomo un café junto a la Puerta del Carmen. Leo en el periódico que el Numancia ha ganado por dos a uno al Alcorcón. Esto empieza muy bien.

Llovió durante la noche pero a las nueve luce el sol, la temperatura es de doce grados y lo más importante, no hace nada de viento.

El día anterior había leído que el presupuesto de la carrera era de 180.000€ y que el número de personas vinculadas a la carrera eran cercanos a los 1.000 de los cuales 500 eran voluntarios. Me parecían cifras muy grandes. Casi a persona de la organización por maratoniano y con un coste de 180 € por cada uno.

Estaba por allí Ricardo Abad, atleta que se ha planteado correr 500 maratones en quinientos días consecutivos. Hoy le tocaba la maratóna número 38 y la acabó, atención, en 2h 58’. Menos mal que solo llevaba 38 seguidas. Si yo hiciera treinta y ocho maratones seguidas … igual es mucho.

Me coloco al final de los finales y hasta allí se acerca el portador del globo de las cuatro horas. Hoy ha sido uno de esos días en los que no me hubiera importado correr algo más deprisa, es más, lamenté no ser menos lento. Esta liebre de las cuatro horas vestía camiseta del maratón de Beirut, lo cual quieras que no da carácter, y portaba globo con el tiempo, plantilla de ritmo a seguir y altavoz. Prueba el altavoz y dice: “Bueno, poneros cómodos que vamos a estar juntos cuatro horas, esto va a ser como ver Ben-Hur y la Túnica Sagrada en sesión continua, sin publicidad, así que tomároslo con calma y a disfrutar de las películas”. Toda una declaración de intenciones. Después de oír aquello estuve tentado de seguirle y así lo hice durante los primeros tres kilómetros pero comprendí que ese ritmo era demasiado para mi a pesar de que combinar carreras y humor me parece una mezcla extraordinaria.

Cogí mi ritmo de 6 min/km, esperé unos kilómetros más para ver quien quedaba alrededor. No mucha gente. En ese trote coincidí con una pareja que iban comentando la jugada y entablé conversación con ellos, que si cuantas maratones, que si que tiempo pensaban hacer. Te presentas. Se trata de sobrevivir. Fuimos juntos hasta el paso del primer puente en el km 9 y muy bien, pero a esas alturas, probablemente debido a la tensión me entraron unas ineludibles ganas de hacer aguas menores. Tuve que parar y perdí las compañías. Si ya iba de los últimos, con esta parada del kilómetro 11 aún me quedé más a mi suerte. No pasa nada, estoy preparado.

Una de las cosas que asemeja a los corredores de maratón lentos de los rápidos es que en ambos casos se siente la soledad del corredor. No ves a nadie por delante ni por detrás. Y saber que vas a ser capaz de resistir esa soledad durante tantos kilómetros como sea necesario. Bueno estas cosas tienen su punto. Es verdad que esto se siente en maratones de 1000 participantes. Difícilmente en los de Madrid o en ciudades enormes.



Así que delante de mí tenía la juerga padre de más de treinta kilómetros casi en solitario. Lo cierto es que del kilómetro 11 al 15 hay mucho ambiente. Se vuelve a pasar por el paseo Echegaray, la plaza del Pilar y aledaños cruzando el Ebro por el puente de Hierro en el kilómetro 15. A partir de ese momento comienzan a sucederse calles rectas y hace acto de aparición el viento que hasta ese momento se hacía notar ligeramente. La carrera circulaba hacia el norte. El cierzo normalmente sopla del noroeste. Por lo tanto pegaba de costado. A medida que íbamos subiendo soplaba con más intensidad. Hice examen de conciencia y analicé mis posibilidades, no me veía mal. Pongamos un poco de música como cuando vas en el coche haciendo un viaje largo. Algo para no dormirte. Unos éxitos de Rosendo y Barricada. Todavía estábamos protegidos por las casas. De vez en cuando adelantaba a alguien. Los voluntarios, uno o dos cada kilómetro no paraban de animar.

Hacia el kilómetro 18 y en la calle de Pablo Ruiz Picasso comenzó a molestarme la rodilla derecha. Es curioso pero la rodilla derecha no me suele molestar. Las molestias fueron en aumento del 18 al 20. Aquello se convirtió en dolor. Con cierta naturalidad comencé a plantearme el dejarlo en la media. Kilómetro y medio más y adiós. Y el viento en aumento. Llego a la media, campo abierto, el viento pegando de lleno, los carteles que indicaban los kilómetros sujetos con cuerdas. La media estaba en pleno campo. Por algún motivo que no alcanzo a comprender mi cabeza me dice que ese no es sitio para dejarlo. ¿Y donde?. Procuro concentrarme en la rodilla derecha y continúo un rato más. El viento sigue pegando de costado pero algo de bajada. Los dolores en la rodilla derecha aminoran. No me lo puedo creer. En el kilómetro 23 se sube el puente de la A2 (todos los puentes se pueden ver en una entrada que hice hace cuatro días).

Aunque el perfil de este maratón es eminentemente llano, las subidas a los puentes suelen ser cortas pero intensas, hasta el punto de sentir los gemelos en plena tensión como en las grandes ocasiones. Uno de ellos es este de la A2, cruzado el cual se inician cuatro kilómetros por un carril bici hacia el sur con el viento azotando sin miramientos. He desechado lo idea de abandonar. Ya estamos llegando al puente del Tercer Milenio en el kilómetro 27 y la pendiente se me hace tremenda.

En el puente me encuentro con los corredores que vuelven, porque este puente se cruza de ida y vuelta. Los veo y parece que van despacio o muy despacio. Cada uno de ellos me saca ocho kilómetros que es la distancia que vamos a estar por la Expo. ¡¡ Ocho kilómetros!! Ellos nos deben ver a nosotros como si fuéramos a rastras. Bueno, mejor no pensarlo. Pienso que cuando acabemos este tramo estaremos en el kilometro 36. Y así es. No me encuentro fresco, pero voy bien. En la distancia sigo viendo a la pareja que dejé en el kilómetro 11 pero no hay forma de acercarme.

Salimos de la zona de la Expo y pasamos por el Pabellón Puente. Es un puente cerrado y techado, Al principio tuve la sensación de meterme en una habitación con una corriente brutal, tánto, que casi tuve que parar, pero dije “Qué demonios!!” Vuelta al Ebro pero esta vez por el margen izquierdo. De vez en cuando me adelanta alguien y de vez en cuando yo adelanto a alguien. Sigo solo. Se acaban las pilas del mp3. Adiós a la música. La vida continúa.

Cruzamos el puente de Santiago, kilómetro 38. Esto está hecho. Al paso por el 39 estamos otra vez en la calle Echegaray. Han pasado muchos kilómetros desde el principio. En sentido contrario veo al portador del globo de las cuatro horas y a un grupo de unos treinta corredores. Dice “Vamos ¡!. Nos quedan ocho minutos para hacer un kilómetro.”.

Llego al kilómetro 40 y me da el jamacuco. En el plazo de quinientos metros me he desfondado. Difícilmente tengo fuerzas para continuar. Pero pienso. “Me río yo del muro en el kilómetro 40”. Paro, camino unos metros y sigo corriendo. Lo paso verdaderamente mal, pero está terminado. En el 41 me alcanza unas de esas personas que solo te las encuentras en momentos señalados. “Hemos hecho toda la carrera juntos. Una vez me has pasado tu y otra yo. ¿Te parece que acabemos juntos?” “Venga”. Esa persona con la que había compartido la carrera y no me había dado cuenta de su existencia, me llevó prácticamente hasta el final. Dorsal 405. Es impresionante que haya personas que en esas condiciones tengan energía para ayudar a los demás. Un poco antes de la meta me estaban esperando Nati y Guille y ahora sí que el festejo había terminado.

Diez minutos después y como si se lo hubieran chivado los dioses llamó el runner Oscar, a interesarse por el colega de fatigas.





De lo mejor:

  • El voluntariado compuesto por 500 personas la mayoría jubilados. No paran de animar con viento, sin viento, con gente, en la ribera y junto al carril bici. Tengo una cierta experiencia corriendo carreras populares. No he visto una cosa igual. Son impresionantes. Te jalean por tu nombre, te saludan, hasta te pueden abrazar.
  • Salida y llegada: En un gran paseo ancho y luminoso como el de la Independencia.
  • La ciudad: Gran parte de la carrera se hace por el centro con bastante público y mucha animación.
  • La organización por las calles es irreprochable. Tiene que ser muy difícil cerrar al tráfico el centro y alrededores de una ciudad en una carrera de estas características a una vuelta, coordinando a un montón de personas .

De lo mejorable:

  • La bolsa de avituallamiento al final de la carrera va algo justa: agua, aquarius, naranja y torta de chocolate.
  • Te dan cinco euros si devuelves el chip. Después de 42 kms vaya usted a saber donde está la cabeza. En muchas carreras lo regalan o te los cobran previamente.
  • Esos tramos por el carril bici a campo abierto por la ribera del Ebro….

Conclusión:

Me parece una carrera totalmente recomendable, que tiene grandes aciertos y pequeñas lagunas por mejorar. Evaluando unas y otras cosas es abrumador el haber a favor de los aciertos.

Agradecimientos.

De nuestra estancia en Zaragoza quiero agradecer el trato, las consideraciones y el cariño recibido de Luna, Jaime, Yoli, la tía Esther y Charo. Un abrazo para todos.

También quiero agradecer a todos los que os habéis pasado por este blog y no paráis de animar con vuestras lecturas y comentarios tanto a Óscar como a mí. Es una forma de sentir que no estamos solos. Gracias a todos.

Y un recuerdo entrañable para mi tío Antonio que ya no está entre nosotros.


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Para acceder al guardarropa había que bajar unos quince escalones y después volver a subirlos. Nunca he tenido la sensación de tener piernas como en ese tramo. Es como si de repente me hubiera entrado una minusvalía de un 25 por ciento. No podía doblar las rodillas en espera de que en cualquier momento comenzaran a insultarme, agarrado como estaba a la barandilla. En el otro lado de la escalera había otro runner igualmente sujeto a la barandilla y en el mismo estado. “¿Qué tal, como lo llevas?” le pregunté. “Estamos vivos !!!!. Me respondió.


18 comentarios:

  1. Enhorabuena por el resultado, no es poca cosa acabar la Maratón
    Saludos
    JUAN

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  2. Fenomenal, contra el viento y en soledad, y lo que dices de los lentos y los rapidos, los lentos además es durante mas tiempo con lo que tienen mas merito. Y esa solidaridad es siempre maravillosa.
    Felicidades campeón eres un monstruo.
    Y felicidades por el Numancia.

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  3. Jaal, eres un fiera, y despues de leer tu crónica alcanza el grado de epopeya e inluso leyenda. Lo del compañero ,dorsal 405, digno de ponerle una calle en la Elipa.
    Salud, y recupera (que seguramente a estas horas ya estarás más que recperado).
    Nos vemos pronto
    Gacela e Vallecas

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  4. Felicidades, has sido muy regular y a pesar de los problemas has terminado contento. Como se agradece la animación de los voluntarios y de los compañeros.

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  5. Bonita crónica!!! Felicidades, un gran maratón...

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  6. Enhorabuena, Jaal! Buena carrera, superando los momentos dificiles y consiguiendo terminar. Felicidades

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  7. Lo que realmente engancha del Maratón es precisamente la capacidad de vivir intensamente cada minuto, cada kilómetro.... Y ser capaz de superar pequeños o grandes momentos críticos que aparecen en cualquier instante del recorrido... Como tu has hecho...!! Y además cruzar la meta es una satisfacción que no tiene precio.. Felicidades...!!

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  8. Hola, amigos!!!!!...sólo deciros que ya estamos, un año más, con la organización de la San Silvestre de Alcobendas. Una buena alternativa a la de Vallecas para los que quieran hacer de la carrera algo familiar y por la mañana...que da más margen para las celebraciones de la Nochevieja!!!!!...Contamos con todos los buenos amigos de la Elipa, de los Runners de la Elipa!!!!!...Abrazos y Risas!!!!!!!!

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  9. Que gustazo leerte.
    Enhorabuena por la carrera.

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  10. Felicidades por la carrera ¡¡¡
    Me ha encantado la cronica. En tres semanas debuto en la distancia en Donosti y leyendo tu carrera me he imaginado ya corriendo la maraton.
    Un saludo.

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  11. Que buena crónica, pudiste dormir las 8 horas reglamentarias? En la Maratón de Gran canaria el año pasado tenía que bajar escalones también para ir al guardarropas y veías a todo el mundo sufriendo.
    Enhorabuena...MARATONIANO.

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  12. Enhorabuena por este Maratón acabado... yo también estuve allí, y el Cierzo nos lo puso más difícil (de lo que ya de por sí es correr 42kms).

    Nos vemos en la siguiente...

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  13. Felicidades, me encanta leer crónicas de maratones están llenas de verdad y sentimiento.
    Buena carrera, has descrito muy bien como es la maratón de un popular por dentro

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  14. fantastico relato. Como entiendo lo de la rodilla derecha.
    Enhorabuena

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  15. Dedícate a escribir novelas porque has hecho una crónica que me ha puesto los pelos de punta.
    Un orgullo tenerte de vecino, espero tener el privilegio de cruzarnos alguna vez por el barrio y de poder decir "este tío es de los coj... como el caballo de Espartero".

    Un abrazo y muchísimas felicidades campeón.

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  16. Jaal, creo que ahora sí voy a poder, enhorabuena por esa carrera, que bien tiraste de la fuerza mental. Menudo maratoniano!!!

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  17. Compañeros, con estos ánimos voy a seguir corriendo maratones durante los próximos veinte años. Me habéis dado cuerda para rato.

    Gracias a todos.
    Jaal

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  18. ¿Qué tendrá la puñetera rodilla derecha, que siempre es la que molesta? Felicidades y gracias, he disfrutado con tu crónica.

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