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martes, 1 de junio de 2010

Liberty 2010 - La Carrera

Si es Domingo y me despierto a las siete de la mañana o antes, se sabe que hay carrera. Los integrantes del grupo carreril fuimos: Oscar, Juan Carlos, Oscar “El farmacéutico”, “Speedy” Carlos y yo mismo. La runner Natalia no pudo asistir por encontrarse a mil kilómetros de distancia pero nos acompañó en el sentimiento. El sitio de quedar fue el bar J.J. que se encuentra a la sombra del dragón de barrio. El camarero y unos pescadores de rio que estaban allí repostando, antes de irse a echar las cañas, nos dieron las bendiciones oportunas después del café y salimos caminando hacia Goya. Una de las ventajas que tiene vivir en este barrio es que puedes ir caminando a bastantes carreras.


Como se puede ver por la foto, esta gente parece la brigadilla de la muerte o algo peor o más sospechoso. Afortunadamente el que hace la foto no puede salir en la misma. Mejor.

En Goya había quedado con Carlos y con Juan. Al segundo de los cuales no pude llegar a ver. Había mucha gente y muchas camisas azules y era difícil encontrar a alguien.

La carrera es moderadamente fuerte, con algunos kilómetros cuesta arriba, pero no muy pronunciada (La Castellana) y un avituallamiento con barra de bar de por medio, donde dispensaban bebidas de esas coloreadas, tirada a grifo sobre vaso de plástico. Algunos se acodaban en barra y esperaban a que le pusieran otro golpe. Está bien eso de que a mitad de carrera te pongan algo parecido a la barra de un bar . ¡Escánciame unas gordas con dos banderillas de escabeche!

La subida de Concha Espina se me hizo larga y sofocante y de ahí al final por Príncipe de Vergara es terreno conocido donde tampoco vas a deslomarte. Las calles son amplias y se corre divinamente hasta la meta. Total cincuenta minutos. Y para qué menos !!!.

Atención al número de dorsal del runner Óscar. El 56. Muy bajo para una carrera de 10.000 corredores. Para mi que le confundieron con un tanzano del Serengueti.

Posteriormente, carreras multitudinarias de niños donde se invertían los papeles y donde algunos padres, desobedientes, se hacían los sordos tapando las salida de niños, de otros padres y hasta de animales domésticos. Estos de la foto no fueron de los que más guerra dieron, aunque también....

Y después vino lo mejor. Fuimos a la feria de la tapa en el Palacio de los Deportes donde los runners de La Elipa nos pusimos hasta las cencerretas. Pero ante nuestra sorpresa no encontramos mucho carrerista relajándose por allí. Se habrían ido a entrenar para la Caurca.



4 comentarios:

  1. Eso es montarselo bien, lo dicho. La pena es que no hay feria de esta montada en cerca de la meta de la CAURCA para esas fechas no??

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  2. Holaaa, qué buena carreraa!!
    Lo del avituallamiento lo tendrán que mejorar para el año que viene. Yo tuve que esperar un rato hasta que me dieron el vaso.
    A mí se me hizo mucha cuesta arriba y mucha cuesta abajo, pero me gustó el ambiente y la organización no estuvo mal para no llevar mucho.

    Un abrazoo

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  3. Al final me voy a quedar con que la carrera era prescindible(una escusa) y la Feria de la tapa, imprescindible(el verdadero objetivo).
    Saludos.

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