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domingo, 28 de febrero de 2010

Media maratón de Latina 2010 (Crónica o así)


Con todos los respetos para los dioses aquí presentes y los que nos puedan leer, ¡menuda castaña de huracán!. Estaban los runners convencidos de que hoy era el día de la gran ventolera y ha resultado ser un día primaveral, con sol, sin nubes, temperatura por encima de los siete grados. Vamos que no ha sido un día de gran aventura. Ha sido el día de la media de Latina sin ningún tipo de añadidos.

Quedada a las siete menos cuarto y rumbo al metro de El Carrmen.
- No mejor a Ventas, que hay mucho descontrolado por El Carmen.
- ¿ Y tú como lo sabes?
- Si yo te contara.

Llegada a Aluche y lo que pide el cuerpo es desayunar y hacer unas fotos. No había ningún bar abierto, de modo que foto. La de arriba.

Prolegómenos habituales, café en bareto lleno de correteadores que compartían garito con una mesa de pintores que no paraban de fumar. Para contrapesar el exceso salud sería. Salida en la calle Guareña y carrera que se prometía con cuestas, durilla. La estrategia es clara. Salir los últimos, o los primeros visto desde atrás, a trote cochinero o sea, a seis minutos el kilómetro y a disfrutar de la vida. Que si que tal la semana, que si el tráfico. La crisis que no cesa. Y llega la primera cuesta en el kilómetro siete, Casa de Campo.

- Ahora me sigues contando.

La crisis sigue ahí instalada después de la cuesta, exactamente donde estaba antes. Comienza la tarea habitual de los runners, recoger cadáveres que van cayendo como fruta madura, por el exceso de ánimo, por las lesiones que no perdonan, por el ego demoledor.

Kilómetro trece, otra cuesta, más cadáveres. Entrenar en terreno alpino tiene sus ventajas (en la Fuente del Berro quiero decir). El runner Oscar convertido en chacal sigue su camino. Kilómetro diecisiete, la gran cuesta. Regula, regula. Dejamos atrás los últimos cuerpos en descomposición.
Aparece un equipo entero de atletismo vestido de rosa y corriendo a ritmo de Michael Jackson, con altavoces sujetos a la cintura de uno de ellos. Y dice.

- Vengaaaa, a que no haces el Moonwalk.

Llegamos al estadio de atletismo también nosotros a punto de putrefacción, malolientes ya.

Y el resultado es bueno, muy bueno, como siempre que se puede llegar. En esta ocasión y va siendo costumbre en las medias, menos de dos horas. Qué mas se puede pedir!.

Jaal

1 comentario:

  1. o sea que habéis hecho lo mismo que el primero... una hora y pico, no?.

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