Erri de Lucca no ha profesado profesión atlética que se sepa pero es aficionado a las montañas. Por algún motivo que se me escapa, cuando se me ocurrió escribir sobre Carlos Soria detrás vinieron Marco Olmo y este Erri de Lucca que tiene la profesión de escritor, pero que está traído a este blog por su afición al alpinismo. No es un alpinista profesional pero siente la llamada de las alturas.
Erri de Lucca es un escritor extraordinario que nació en Nápoles, en el barrio de Montedidio y que tiene un poderoso y conciso estilo. Antes fue albañil y al mismo tiempo comunista. Un buen día consideró que le gustaría leer la biblia en hebreo y se puso a ello con ahínco levantándose una hora antes de ir a trabajar todas las mañanas. Junto a un libro de gramática fue desentrañando los secretos del libro de los libros. Mientras ponía ladrillos o cavaba una zanja, recordaba algún versículo aprendido por la mañana. En sus ratos libres también escribía relatos y novelas cortas y concentradas, hasta que se pudo independizar y vivir de la literatura. Que no es poco vivir.
En el libro “Tras las huellas de Nives” dialoga con la escaladora Nives Meroi (siete ochomiles a sus espaldas) sobre la vida, el viento y sobre la montaña. Consideran que llegar a la cima solo es la mitad del camino y entienden la escalada como una forma de hacer compañía a la naturaleza.
Y es un rebelde, en estos tiempos que corren.
- Entonces, ¿somos todos iguales ante la ley?
- Somos iguales a los monos y tenemos el 80% del patrimonio genético de las moscas. La justicia es una mercancía por la que hay que pagar. La justicia en abstracto, como concepto, no existe. Existen relaciones de poder, de fuerza, entre los contendientes, que son los que van a decidir el grado de justicia de ese momento concreto.